Duelo al pie de las Cabreras (El País 9-8-12)

El desafío único entre las dos bandas de música dice mucho sobre la idiosincrasia de los buñolenses.

Juan Manuel Játiva. Valencia. 7 agosto 2012

Atención, no esperéis al último día a reservar plaza en el autobús para asistir al Mano a Mano 2012 de Buñol”. Lo anuncia la Federación de Sociedades Musicales de La Vega Baja y el Baix Vinalopó, invitando a un viaje de 500 kilómetros desde Almoradí para escuchar a La Armónica y La Artística en el Auditorio de San Luis. Y es que el Mano a Mano no es cualquier cosa. No tiene la fama mundial de la Tomatina, pero ambos son duelos incruentos, sin premios ni parangón en miles de kilómetros a la redonda. Y, atención, tampoco el de San Luis es un auditorio cualquiera, se trata de un anfiteatro excavado en la roca con excelente acústica y capacidad para más de 3.000 personas. Cumplirá 25 años dentro de unos días, ya que se estrenó el 17 de agosto de 1987 con un programa que empezaba con la interpretación a dos bandas del Himno a Buñol. Himno singular también, acorde con la tradición obrera y demócrata de la ciudad, en el que “las fábricas resuenan/y las escuelas cantan/ himnos de libertad/, progreso y democracia/ fraternidad y amores/, Fe y Paz republicanas”.

En el Mano a Mano de “este año toca obra nueva”, matiza Guillermo Ayter, presidente de La Artística, también conocida como Los Feos. Llegan fuertes al pulso anual porque fueron los triunfadores del reciente Festival Internacional de Valencia. “Allí tocaron 140 músicos, pero en el Mano a Mano pueden ser 180”, anticipa. La atracción del duelo es tan potente para los músicos que “se incorpora gente que está tocando por todo el mundo, solo para este concierto”, explica. José Corachán, presidente de La Armónica, que recibe el sobrenombre de El Litro, certifica que “algunos de los músicos vienen adrede de Centroeuropa y tenemos gente en bandas Municipales por toda España”. Año tras año hay adolescentes que pasan de las bandas juveniles a las sinfónicas. La ciudad no cesa de producir músicos. Unos se quedan, otros se van, pero suelen volver al desafío anual.

No solo es un acontecimiento musical en el que lo dan todo, “es también un reencuentro de músicos, algo muy emotivo”, aclara el trompetista Antonio Cambres, actual solista del Teatro Real de Madrid y socio de La Armónica. “Vuelvo siempre”, afirma, “porque si no lo hiciera echaría en falta algo importante a nivel humano, aparte de que el repertorio musical es inusual y selecto”. Lo de ganar o no ganar “es algo puramente festivo, el premio que te llevas es el placer de tocar estas obras y el calor de tus compañeros y amigos”. A estas alturas, este trompetista ensaya con su banda casi todos los días, como Goltran Zanon y Santiago Ruiz, los dos instrumentistas que fotografió EL PAÍS como símbolo del respeto y rivalidad que une a ambas formaciones. No es un pique cualquiera: Los Litros y Los Feos integran cerca de 500 músicos y 4.000 socios, casi la mitad del censo local.

Conforme se intensifican los ensayos, el paisaje sonoro se hace más metálico. “Todo el nivel de las bandas viene de ahí”, asegura José Corachán, que recuerda perfectamente cuando Joaquín Carrascosa, el Tío Cartagena, decidió promover desde el Ayuntamiento el Mano a Mano en 1974, aunque la rivalidad entre las bandas sea secular. Ambas son centenarias y ambas han logrado ganar la Olimpiada Internacional Mundial de Kerkrade, en Holanda. Pero el fenómeno comenzó mucho antes, con la llegada del ferrocarril en 1883. Había que festejarlo y así nació la primera banda. Fue por entonces cuando Constantí Llombart, uno de los padres de la Renaixença valenciana, se escapó a la Hoya para cambiar de aires y tan bien le sentó que la bautizó como “la Suiza valenciana” en su Guía de Buñol y alrededores. Un siglo antes, el ilustrado trotamundos castellonense Antonio Ponz escribía en su célebre Viage de España: “Al pie de las Cabreras está la venta de Buñol inmediata a una villa de ese nombre. El ventero, que era una de las mejores piezas que yo he tratado, me sacó brevemente el dinero; pero nos tuvo divertidos contándonos su vida en el rato que gozamos de su conversación”. Panoramas deliciosos, gente competitiva pero solidaria y cordial, y música al máximo nivel. ¿Hacen falta tomates para superar eso?

Pistas

Para escuchar. El Mano a Mano se celebra el día 18 de agosto, a las 22.30. Antes se celebraba el último martes de agosto, justo el día antes de La Tomatina, pero optaron por separar más ambas citas. Este año, La Artística estrenará una sinfonía del compositor suizo Thomas Trashel, titulada Die Apocaliptische, dirigida por Hernie Adams. La Armónica estrenará una obra del saxofonista de jazz Jesús Santandreu, que actuará como solista, bajo la dirección de Frank De Vuyst.

Para refrescarse. La Cueva Turche es un reconfortante espectáculo geológico localizado en el margen derecho del río Juanes, entre los términos de Buñol y Yátova. Tiene un lago definido por un gran anfiteatro de roca, una cascada que puede llegar a los 60 metros, una temperatura que oscila entre los 18 y 19 grados y un área de picnic bien pertrechada.

Para comer. He aquí dos casas de postas relacionadas con el antiguo Camino Real de Madrid, que datan del siglo XVII y han superado el paso del tiempo. La Venta del Pilar, ubicada en el casco urbano, es posada y restaurante con capacidad para 200 comensales. Ver http://www.posadaventapilar.com o 962500923. La Venta l’Home es uno de los más antiguos restaurantes de Valencia. Está en Ventamina, autovía Madrid-Valencia, salida Ventamina. Tel. 96 250 35 15.

Para alucinar. El cementerio civil de Buñol es un espacio excepcional, rico en simbología y signos masónicos grabados en más de 400 lápidas y tumbas desde finales del siglo XIX, poco después de la llegada del ferrocarril.

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